La palabra Temazcal proviene del idioma náhuatl, donde “temaz” significa vapor y “calli, casa” que se traduciría como, “casa de vapor”. Es una ceremonia de purificación, curación y oración. Trabajando nuestro cuerpo físico, energético y espiritual. Ayuda a limpiar nuestros pensamientos y emociones, y así mismo, ir más allá de nuestros límites y creencias, reconociendo así la fuerza que yace dentro de nosotros.

Es una ceremonia de puro amor, de pura vibración con cada uno de los elementos que hacen posible la vida. En esta ceremonia la vibración que alcanzamos enlaza las fuerzas terrenales con las cósmicas para fluir en un mismo sentido que llamamos “conciencia”.

“Dame una fiebre y te curaré cualquier enfermedad”, dijo Hipócrates, el antiguo médico griego y padre de la medicina occidental. Dicho esto, se sabe desde hace mucho tiempo que sudar suele ser un proceso terapéutico y puede traer curación. La hipertermia inducida a través del Temazcal es comparable a un estado de fiebre temporal la cual nos beneficia enormemente, ya que estimula la capacidad defensiva frente a diferentes tipos de infecciones; las altas temperaturas también facilitan la revitalización y reparación celular.